Desarrollar el pico del bíceps, o conseguir un bíceps con pico como el de los culturistas, es una de las preocupaciones estéticas que tienen algunas personas que trabajan su cuerpo en el gimnasio.
Se dice que hay algunos ejercicios que pueden favorecer el tener un bíceps con pico, para así conseguir esta buscada imagen de uno de los músculos más visibles de nuestros brazos.
De hecho, este tipo de preguntas a nivel estético son algo muy frecuente a lo que deben responder los entrenadores personales, por lo que es más que conveniente que conozcan todo lo relativo al entrenamiento de musculación con fines estéticos.
En este artículo vamos a ver qué es el pico del bíceps, si se puede conseguir con ejercicios, y de qué depende el tener un bíceps con pico alto.
Qué es el pico del bíceps
El «pico» del bíceps es una característica estética que se refiere a una protuberancia o bulto muy marcado en la parte superior del bíceps cuando el codo está flexionado, es decir, cuando hacemos la típica postura de sacar bíceps.
Este aspecto es muy buscado por aquellos que entrenan con el objetivo de desarrollar una estética de brazos bastante impresionante, ya que el pico del bíceps hace ver que tenemos una musculatura bien trabajada y estética.
Al tener un bíceps con pico, el músculo no solo parece más grande, sino que también va a hacer que se diferencie del resto de gente habitual de un gimnasio.
Sin embargo, existe un debate en torno a si es posible desarrollar este pico con algunos ejercicios, o si la forma del bíceps está marcada por la genética.
La forma y la altura del bíceps dependen en gran parte de la longitud de las inserciones musculares, que es algo que no se puede cambiar a través del entrenamiento.
Si bien ciertos ejercicios pueden hacer crecer el tamaño del bíceps, el pico está ligado en mayor medida a factores genéticos como vamos a ver más adelante.
Aun así, el entrenamiento adecuado y la reducción de grasa corporal pueden ayudar a mejorar la apariencia general del bíceps, haciendo que el músculo se vea más definido y estético.
Anatomía del bíceps braquial
Vamos a ver la anatomía del bíceps braquial, y así entender mejor la información que veremos luego.
El bíceps es uno de los músculos más importantes del brazo, situado en la parte frontal del mismo.
Su principal función es la flexión del codo y la supinación del antebrazo, es decir, el movimiento de girar la palma hacia arriba.
El bíceps está compuesto por 2 cabezas o porciones:
- La cabeza larga
Se origina en el tubérculo supraglenoideo de la escápula. Pasa por la parte externa del brazo y da al bíceps su apariencia alargada cuando se desarrolla. Se inserta en el radio. - La cabeza corta
Se origina en la apófisis coracoides, una pequeña protuberancia de la escápula, y corre a lo largo de la parte interna del brazo. Se inserta en el radio, como la anterior.
Ambas cabezas trabajan juntas para flexionar el codo y permitir la rotación del antebrazo, pero su desarrollo puede influir de manera diferente en la estética del bíceps.
Longitud de las inserciones musculares y pico del bíceps
La forma del bíceps, y en particular el hecho de poder desarrollar un pico, está marcada mayormente por la longitud de las inserciones musculares.
Las inserciones musculares son los puntos donde el músculo se fija al hueso, es decir, los tendones, y esta longitud no puede ser modificada con ejercicio.
Simplificando, no podemos añadir músculo encima de un tendón.
Las personas con inserciones o tendones más largos suelen tener un bíceps más corto, y esto hace que sea favorable tener un mayor pico en el bíceps, ya que el músculo se agrupa más hacia el centro del brazo al flexionarse.
Por otro lado, las personas con inserciones más cortas, tienden a tener un bíceps más plano y alargado, ya que hay más espacio encima del hueso para el músculo, al ser los tendones más cortos.
En estos casos, es más difícil desarrollar un pico del bíceps.
Cómo influye la genética en el pico del bíceps
Como hemos visto en el apartado anterior, la genética es el factor determinante de la forma del bíceps.
Las inserciones musculares o tendones, y la proporción entre las cabezas del bíceps están marcadas genéticamente.
Aunque se puede aumentar el tamaño del bíceps mediante entrenamiento, conseguir ese pico de culturista depende en gran medida de la genética.
Por ello, algunas personas tendrán bíceps más redondeados y con un pico, y otras no podrán desarrollar un pico tan marcado, independientemente de su rutina de entrenamiento.
¿Se puede cambiar la forma del bíceps?
La idea de cambiar la forma del bíceps con entrenamiento es algo que se ha discutido bastante en el mundo del culturismo.
Muchos creen que pueden conseguir de manera específica la forma de un músculo con ejercicios concretos, pero la realidad es más compleja.
Poderse se puede, pero no vamos a poder crear una estética muscular a la carta, ya que nuestra genética será la que mandará y nos establecerá unos límites.
Factores como la longitud de los tendones musculares y la distribución de fibras no pueden cambiar a través del ejercicio.
Es decir, no podemos cambiar la forma básica de los músculos, pero sí podemos trabajar para maximizar su crecimiento y definición, y minimizar algunos defectos.
Bíceps corto vs largo
Los músculos crecen en respuesta al entrenamiento de fuerza mediante un proceso llamado hipertrofia, pero la manera en que se expanden y se desarrollan está predeterminada.
En el caso del bíceps, si tenemos tendones más cortos, es probable que no podamos desarrollar pico, al ser el bíceps alargado y más plano.
Mientras que personas con tendones más largos tienden a tener bíceps más cortos y amontonados, favoreciendo ese pico como el de culturistas en los bíceps.
Ningún ejercicio puede cambiar la longitud de estas inserciones ni cambiar el lugar donde se fijan los músculos en los huesos.
Factores que afectan la forma del bíceps
La forma del bíceps está marcada por varios factores como estamos viendo.
El más importante es la genética, del que ya hemos hablado, y que marca la longitud de los tendones musculares.
Otro factor es el porcentaje de grasa corporal, cuanto más bajo sea el porcentaje de grasa, más visibles serán los músculos, lo que puede maximizar la forma natural del bíceps.
Por último, el entrenamiento, ya que un músculo olvidado es el braquial anterior.
El potencial del braquial puede ser tan grande como el del bíceps, aunque es muy frecuente verlo poco desarrollado.
Su trabajo adecuado puede suponer un par de cm más en el tamaño del bíceps, por lo que es interesante su desarrollo.
Los ejercicios de bíceps que inciden más en el braquial son aquellos con apoyo, como el curl predicador o concentrado a un brazo.
También los agarres neutros.
Ejemplos de culturistas con pico en el bíceps y sin pico
Vamos a ver ejemplos de desarrollo del pico del bíceps en culturistas, para tener una visión más clara sobre estema, y sobre lo expuesto hasta el momento.
En esta imagen vemos a Marco Addis, culturista italiano muy famoso por su característico pico del bíceps. Como podemos ver, este pico es muy grande, pero si nos fijamos en la longitud de su bíceps, es muy corta.
Ello facilita que desarrolle este pico.
Vemos ahora a Sergio Oliva, culturista cubano con mucha masa muscular y que, sin embargo, pese a tener un bíceps de tamaño considerable, no desarrolla ese pico como en el caso anterior.
Fijémonos donde acaba, prácticamente en el antebrazo.
Por esto, es importante desmitificar la idea de los llamados entrenamientos mágicos que dicen poder desarrollar un pico en el bíceps.
Aunque algunos ejercicios pueden mejorar el tamaño y la definición del bíceps, no pueden alterar las características genéticas del propio músculo.
La genética sigue siendo el principal factor que define si una persona puede tener un pico del bíceps más marcado.
A tener en cuenta al trabajar los bíceps
Para conseguir un bíceps estético, es importante no solo enfocarse en el entrenamiento, sino también en otros factores que mejoran la apariencia general del músculo como son los siguientes:
Porcentaje de grasa corporal
Uno de los factores más importantes para que los músculos del bíceps sean visibles es el porcentaje de grasa corporal.
Aun cuando se ha trabajado muy intenso en el crecimiento del bíceps, una capa gruesa de grasa puede tapar los resultados.
Reducir el porcentaje de grasa corporal con dieta adecuada y ejercicio es importante para que los músculos y su vascularización sean más visibles. Mantener un porcentaje de grasa corporal bajo permite que el bíceps luzca más definido y con un tono muscular más claro.
Entrenamiento del braquial y braquiorradial
Aunque el bíceps es el músculo más vistoso del brazo, el braquial y el braquiorradial también juegan un papel importante en la apariencia y estética general del brazo.
El braquial se encuentra debajo del bíceps y, al desarrollarlo, empuja el bíceps hacia arriba, lo que puede aumentar su tamaño.
El braquiorradial, que va a lo largo del antebrazo, también influye en la estética del brazo, dándole una imagen más gruesa y rocosa.
Ejercicios como el curl martillo y el curl inverso ayudan a trabajar estos músculos y mejorar la simetría del brazo.
Estiramiento y flexibilidad
El estiramiento y la flexibilidad son aspectos bastante olvidados, pero importantes para mantener un bíceps estético.
Hacer estiramientos regulares en la rutina ayuda a mantener los músculos más flexibles y a prevenir tensiones y desequilibrios.
Además, los músculos bien estirados tienen un aspecto más sano y tonificado, lo que mejora la definición muscular y la estética general.
Estirar después del entrenamiento también ayuda a una mejor recuperación, lo que será bueno para mantener una estética muscular más perfecta.
Con esto ya hemos visto que conseguir un pico del bíceps alto va a ser cuestión de genética, ya que es algo que viene marcado por la propia longitud del músculo bíceps braquial.
No olvidemos que hay muchos otros factores que sí que podemos tener en cuenta y trabajar en el gimnasio para conseguir una mejor estética de nuestros brazos y de nuestro cuerpo en general.
- Karistinos, A and Paulos, LE. Anatomy and Function of the Tendon of the Long Head of the Biceps Muscle. Operative Techniques in Sports Medicine 15: 2–6, 2007.
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