Una interesantísima y económica opción es hacernos un auto-masaje con un foam roller, es decir, un rodillo rígido de goma-espuma, que en algunos casos puede contar con unas pequeñas protuberancias otorgándole diferentes texturas, y que se utiliza en el proceso de recuperación muscular post-entrenamiento.
Una técnica a emplear con este elemento es el llamado «Foam Rolling«, y con su uso estaremos promoviendo la auto-liberación miofascial, es decir, estimular de manera mecánica la fascia. La fascia es el tejido conjuntivo que cubre todos nuestros músculos conectándolos entre sí, y, en ocasiones se inserta en ellos.
Para utilizar este elemento deberemos hacerlo rodar sobre los músculos más solicitados en el entrenamiento o actividad, y que nos interesa relajar y recuperar los antes posible, para ello podemos tumbarnos en una superficie dura y utilizar el peso de nuestro cuerpo de manera que, apoyándonos con las manos y los pies, desplacemos sobre el rodillo las zonas que nos interesan, de esta forma podremos regular la intensidad con la cual apretaremos el rodillo contra el músculo.
Algo muy importante: se trata de una técnica de recuperación muscular y no articular, por lo que debemos evitar su paso por encima de estas.
También existen rodillos más pequeños manejables con ambas manos y que podremos utilizar sentados en aquellas zonas que más nos interese.
Con ello se logra liberar parte de la tensión acumulada en los músculos y aumentar el flujo sanguíneo, consiguiendo acelerar el proceso de recuperación debido al aporte de oxígeno y nutrientes.
Teniendo en cuenta todos los aspectos expuestos e intentando seguirlos dentro de lo posible, podremos estar recuperados en la práctica totalidad para cada sesión de entrenamiento o competición, y ejercitarnos con excelentes sensaciones que se traducirán, sin duda, en una mejora del rendimiento y de los resultados.