Con la llegada del verano no será raro que nos percatemos de que en nuestro gimnasio entrena menos gente que hace un par de meses.
Las vacaciones, el hecho de que aprovechemos los días para realizar otras actividades como ir a la playa, a la montaña, a tomar algo, el sofocante calor presente desde buena hora de la mañana hasta prácticamente el anochecer…todo esto son motivos o excusas que hacen que mucha gente se tome vacaciones en el gimnasio hasta la llegada del mes de Septiembre.
Dejar pasar dos o tres meses sin entrenar no va a resultar beneficioso, a no ser que padezcamos alguna lesión o molestia, y hará que perdamos parte del progreso realizado.
Esto no quiere decir que nunca tengamos que dejar al cuerpo descansar, 15 días o incluso 1 mes seguido si que es recomendable descansar a lo largo del año, pero no debemos excedernos mucho más en este tiempo.
Para aquellas personas que permanecen constantes durante este tiempo de calor y playa vamos a dejar unos cuantos consejos que pueden ayudar a no desistir y terminar tomándose vacaciones.
Tipo de rutina
Quizá uno de los factores que más influyen en este período es el tipo de rutina que estemos realizando.
Debemos de tener en cuenta que durante estos meses seguramente estemos comiendo menos por el hecho de permanecer definidos, no tapar los abdominales, no perder calidad muscular… por lo tanto no tiene mucho sentido que sigamos rutinas de hipertrofia o de fuerza.
Las rutinas de definición o mantenimiento son una buena opción para pasar estos meses.
También será habitual que muchos días no podamos acudir a nuestra cita con las pesas debido al aumento de planes que se suele realizar durante estas fechas, así que programar una rutina de tres días será lo más apropiado en estos casos.
Los circuitos y las superseries también se deben tener en cuenta durante estos meses.
Evita el cardio antes del entrenamiento
En primer lugar, porque lo habitual es realizarlo al finalizar la sesión de entrenamiento, y en segundo lugar porque aprovechando las excelentes temperaturas se pueden realizar deportes acuáticos como natación, o esperara a que caiga el sol y practicar ciclismo o running en los días que no vayamos al gimnasio.
Si realizamos una hora de bicicleta estática antes de empezar a entrenar seguramente acabemos por saltarnos dicho entrenamiento.
En cualquier caso, antes del entrenamiento solo de deberá realizar el calentamiento necesario para los músculos que vayamos a trabajar.
Bebe y mantente hidratado
La hidratación es importantísima en cualquier deporte, y en el culturismo no iba a ser menos.
Es importante que comencemos el entrenamiento perfectamente hidratados, por lo que deberemos beber una buena cantidad de agua unos cuantos minutos antes de empezar.
Durante el entrenamiento tomaremos pequeños sorbos entre series o ejercicios para así mantener nuestro nivel de hidratación, y, una vez finalizado, repondremos todo el líquido perdido durante la sesión.
Intenta evitar las horas de temperaturas máximas
Muchas veces esto resulta inevitable, bien sea por horarios de trabajo o por cualquier otro motivo, pero siempre que sea posible deberemos evitar entrenar durante las horas que se registran las máximas temperaturas.
Si el gimnasio al que solemos acudir cuenta con una climatización adecuada no deberemos preocuparnos.
La ropa y equipación que uses también es importante
Sabemos que tenemos que ir frescos, a nadie se le ocurriría entrenar con sudadera en pleno mes de Julio, pero debemos buscar prendas que no nos agobien mientras nos ejercitamos, elegiremos ropa de tejido técnico que no se empape al sudar, como ocurre con el algodón, y, por supuesto, evitaremos entrenar en chanclas, error muy frecuente.
Las chanclas no solo dejan el pie al descubierto e indefenso frente a cualquier caída de un disco o mancuerna, sino que además no ofrecen una adherencia óptima al suelo ni sujetan el pie de manera adecuada en ciertos movimientos.
Utiliza la toalla
Lo correcto es que siempre utilicemos una toalla que pondremos en el banco o aparato que vayamos a utilizar, con esto, por un lado, evitaremos manchar con nuestro sudor dichos elementos y, por otro, evitaremos mantener el contacto con el sudor que haya dejado otro usuario que no haya utilizado una toalla, ya que no resulta muy agradable apoyar la cabeza o la espalda en el charco de sudor de otra persona.